El Centro de los Oficios de León restaura el retrato de Alfonso XI

Alfonso XI, rey de León y Castilla entre 1312 y 1350, conocido como El noble o el justiciero, es otro de los 31 reyes retratados por José María Rodríguez de Losada entre 1890 y 1893 para una serie encargada por el XVI Duque del Infantado.

El Ayuntamiento de León adquirió esta colección en 1942 al entonces XVI Duque del Infantado y XIV Marqués de Cea, Don Joaquín María Ignacio de Arteaga-Lazcano y Echagüe.

No obstante, dos retratos de esta colección, el de Fernando I y el de su esposa Sancha I, permanecen en préstamo al Ayuntamiento de Valencia de Don Juan desde 1950 con motivo de la celebración de un congreso sobre el Concilio de Coyanza que dichos monarcas convocaron allí en 1055.

Los 29 retratos que obran en poder del Ayuntamiento de León fueron restaurados de manera integral, entre los años 1996 y 1998, en el Centro de Conservación y Restauración de Bienes culturales de Castilla y León.

Desde entonces este retrato de Alfonso XI, al igual que los demás de la colección, ha sufrido diferentes traslados en las dependencias municipales que han provocado daños que se hacía necesario subsanar antes de que fueran a más.

PUESTA A PUNTO
La intervención ha sido realizada por la restauradora Elisa Lobato, profesora del COAP, siguiendo los criterios de conservación y restauración vigentes y las recomendaciones del IPCE (Instituto del Patrimonio Cultural Español) en cuanto al respeto por el estado actual de los materiales del cuadro y el tipo de procedimientos y materiales a emplear, reparando en lo posible los daños que presenta, evitando su futuro deterioro.

Por lo tanto, se ha limitado a la mínima intervención necesaria y se han adoptado los métodos y materiales utilizados en la restauración del 96, cuyas memoria e informes de intervención han sido consultados gracias a la amabilidad de la dirección del Centro de Conservación y Restauración de Castilla y León.

La intervención ha consistido en la subsanación de los problemas presentes. El más visible era el destensamiento de la tela de su bastidor por movimientos, cambios bruscos de humedad y temperatura, pérdida de cuñas de tensado, defectos de la técnica original y mal envejecimiento de una intervención anterior.

Presentaba alguna deformación por golpes o apoyos excesivos, incluso un pequeño desgarro y lo más irreversible y de urgente contención, múltiples y pequeños desprendimientos de la pintura original.

Por el reverso se ha estabilizado el soporte textil, corrigiendo las deformaciones y retensando la tela en su bastidor reponiendo las cuñas perdidas y en los desgarros y agujeros se han realizado las suturas y refuerzos necesarios.

En el anverso, sobre las zonas reparadas y con desprendimientos de capa pictórica, se reintegraron estas volumétrica y cromáticamente, con técnicas discernibles y reversibles.

Luego se aplicó un barnizado de protección para su mejor conservación y se colocó de nuevo en su marco que también fue sometido a limpieza, tratamiento antixilófagos y barnizado de protección.

Anteriormente, Elisa Lobato ha restaurado los retratos de Sancho I y Juan II, y está previsto, en los próximos meses, continuar con las intervenciones necesarias en el resto de los retratos.