Hilde Pérez: “Crearemos una nueva línea denominada BioScayle para dar apoyo al polo biotecnológico y biofarmaceútico de León”

La directora del Centro de Supercomputación de Castilla y León apuesta por “seguir siendo punta de lanza en nuevas tecnologías” y hacer de Scayle “un referente en eficiencia energética”.

CyL01 de diciembre de 2024RMLRML
HILDE PEREZ DIRECTORA DEL CENTRO DE SUPER COMPUTACION DE CASTILLA Y LEON
HILDE PEREZ DIRECTORA DEL CENTRO DE SUPER COMPUTACION DE CASTILLA Y LEON

La doctora en Ingeniería Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid y, además, la primera mujer catedrática en Ingeniería de la Universidad de León, Hilde Pérez, se convirtió el pasado mes de marzo en la directora de la Fundación Centro de Supercomputación de Castilla y León, Scayle, relevando en el cargo a Vicente Matellán. Desde su llegada al cargo ha apostado por convertir a Scayle en “un centro puntero en supercomputación, “no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional”, para lo que está convencida de la “increíble posición temporal y geográfica del centro”, para lo que asegura que existe que “una alineación planetaria” que hacen que “se den todas las circunstancias”. Los principales retos de Hilde Pérez para Scayle pasan por crear una nueva línea estratégica, denominada ‘BioScayle’, que dará “asesoramiento y formación en biocomputación, metagenómica o secuenciación genética al polo biotecnológico y biofarmaceútico que hay León”, acercar al Centro a las pymes y startups y “convertirlo en referente en eficiencia energética”, sin dejar nunca de lado “incrementar la capacidad de cálculo de Caléndula, aumentar el equipo profesional y seguir siendo punta de lanza en nuevas tecnologías”.
¿Qué es y qué hace el Centro de Supercomputación de Castilla y León?
Es un centro que ofrece infraestructuras y servicios en tres áreas fundamentalmente. La primera es el cálculo intensivo, para lo que hace unos meses hemos equipado Caléndula con nuevas máquinas y ocupamos el segundo puesto en capacidad de cálculo en España con siete petaflops. La segunda es la RedCayle, que permite el acceso a la internet de la comunidad académica e investigadora, como más de 3.000 colegios, universidades públicas y privadas, centros de investigación hospitales o escuelas militares. La última es la nube a través de OpenCayle, el almacenamiento masivo de datos de investigación en abierto.
¿Con qué equipo cuenta?
Tenemos un equipo humano de 18 profesionales con una amplia experiencia y también talento joven, algunos de ellos todavía en proceso de formación.
¿Cuál es la función de Caléndula?
Permite el cálculo de una cantidad ingente de datos a una velocidad increíblemente elevada y da soporte a la inteligencia artificial. Para ello contamos con máquinas con GPU y CPU que permiten realizar cálculos que dan solución a problemas muy complejos científicos o técnicos, como por ejemplo la predicción meteorológica diaria Lo que hace es resolver problemas muy complejos que sería imposible representarlos en la vida real porque implicaría trabajar en un nivel increíblemente pequeño o muy grande.
En el mes de julio entró en funcionamiento el nuevo Caléndula, que multiplica por diez su potencia de cálculo, ¿Qué supone este incremento?
Como dijo el presidente Mañueco, ahora somos el campeón de Fórmula 1 en informática en Castilla y León, lo que nos permite tener un súpercomputador más rápido, más veloz y más eficiente y posicionarnos como los segundos en España. Este incremento nos permite dar respuesta a las demandas de nuestra comunidad científica e investigadora que son cada vez más altas por el uso que hay ahora tan tan grande de la inteligencia artificial.
En cuanto a la aplicación práctica de Scayle y Caléndula, ¿cómo beneficia a la sociedad, administraciones o empresariado?
Cualquier innovación tecnológica resulta una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y permite resolver tareas que antes eran complejas o engorrosas a golpe de ratón. En cuanto a la administración pública, ha convertido estas tareas en mucho más fáciles y en algunos casos hasta amigables. En cuanto a la comunidad empresarial, las grandes empresas de Castilla y León iniciaron el camino de la innovación industrial hace años porque disponen de medios económicos y materiales, por eso nosotros podemos ofrecer ayuda y dar servicio a las pymes y startups para dar los primeros pasos en la adopción de nuevas tecnologías.
Respecto al área de la investigación, ¿en qué ramas se trabaja y qué proyectos concretos ha permitido llevar a cabo?
Casi todos nuestros usuarios son investigadores y estamos posicionados como centro de apoyo y soporte para desarrollar estos proyectos de investigación, por lo que en Scayle se están desarrollando proyectos de lo más variado. Algunos de los que tenemos ahora son, por ejemplo, el cálculo para la aparición meteorológica para la Unidad Militar de Emergencias o un proyecto de comunicación cuántica con el Instituto Nacional de Ciberseguridad.
Dijo usted en su día que Scayle proporcionará el soporte tecnológico necesario para integrar la IA, ¿cómo se puede lograr?
Scayle cuenta con unas infraestructuras sobre las que pueden correr los algoritmos y los modelos de inteligencia artificial y para eso estamos, para que los investigadores, con sus modelos, corran aquí en la infraestructura de Scayle.
¿Ya está desarrollada por completo esa integración de la IA?
Ya se está en el camino por completo. Ahora tenemos una gran demanda de usuarios precisamente por la explosión que ha habido en el uso de la inteligencia artificial, lo que hace que tengamos lista de espera para usar nuestras infraestructuras.
¿La sociedad está preparada para la inteligencia artificial? ¿Sobrevivirá a ella?
Yo espero que sí, pero va a depender del desarrollo y del uso que le demos. Cualquier desarrollo de inteligencia artificial tiene que ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas, pero hay que regular y controlar cómo se hace, porque, sin o se controla y perdemos el paso, estaremos ante un serio problema.
Scayle también tiene un papel protagonista en el área de la tecnología cuántica, ¿Qué reto hay por delante en Castilla y León?
Pretendemos ser referente. En 2019, los 27 países miembros de la Unión Europea firmaron la declaración de comunicaciones cuánticas y se llegó a un compromiso para para crear una infraestructura de comunicación cuántica en Europa, lo que será bueno para comunicaciones seguras, para ciberseguridad o para la competitividad industrial. Todos los científicos y la comunidad investigadora de Castilla y León no están ajenos a ello, por lo que desde Scayle daremos soporte para que sean capaces de trabajar en cuántico sin depender del exterior.
¿Hay algún proyecto específico en esta materia?
Ahora mismo tenemos una partida presupuestaria de dos millones de euros para tirar fibra oscura para comunicaciones cuánticas, una fibra dedicada a la comunicación segura denominada QKD (Distribución de claves cuánticas) para que la comunicación sea segura. Esta partida, ya aprobada por el Ministerio, unirá mediante por fibra dedicada León, Valladolid, Zamora y Salamanca.
Es también en tecnología cuántica en la que Scayle centra su colaboración con Incibe, ¿qué proyectos se llevan a cabo?
Ahora mismo tenemos un part de proyectos de comunicaciones cuánticas mediante los que instalaremos una red de fibra óptica para comunicación cuántica entre Incibe y Scyale y entre Scayle y una empresa, de forma que vamos a actuar como un laboratorio de pruebas para probar nuestros sistemas de distribución de clave cuánticas. Se trata de una fase experimental de esta comunicación cuántica, en la que Scayle utilizará máquinas para la distribución de claves cuánticas y, al mismo tiempo, aprovechar toda nuestra infraestructura de supercomputación.
¿En qué fase se encuentra el proyecto? ¿Se podrá extrapolar a todo tipo de empresas?
El Ayuntamiento de León ya nos ha aprobado el acuerdo para tirar la fibra y es lo que estamos haciendo. En el momento en que se haga la prueba y salga bien, se podrá extrapolar y, además, la fase final del proyecto implica alcanzar un estado de madurez que nos va a posicionar como referente en Castilla y León.
La formación también es un área importante para Scayle, ¿qué planes hay en esta materia?
En Scayle llevamos ya muchos años impartiendo formación y ahora mismo la mayor demanda es la formación en metagenómica, en bio o en computación. También estamos dando formación en biotecnología porque vamos a crear una nueva línea que se va a llamar BioScayle, mediante la que daremos asesoramiento y formación en biocomputación, metagenómica o secuenciación genética, para lo que tenemos la suerte de contar con supercomputación, por lo que ofrecemos al polo biotecnológico y biofarmaceútico que hay León, el trabajo de secuenciación que requiere de un almacenamiento masivo de datos y además tenemos la capacidad de hacer cálculo intensivo con esos datos.
¿En qué estado se encuentran las obras de construcción de la nueva sede?
Las obras se iniciaron en abril de este año y tienen un período de ejecución de ente 12 y 18, por lo que esta primera se completará el año que viene. Sin embargo, el edificio no estará todavía adecuado para coger de forma óptima el Caléndula y todos los equipos asociados, por lo que necesitaremos una segunda fase para condicionar el interior.
¿Qué supondrá para Scayle esta mudanza?
Es hacernos mayores, porque ahora mismo estamos ocupando una parte de un edificio de la Universidad de León, que forma parte del Patronato de la Fundación desde su origen, pero irnos a un edificio propio nos identificaría, porque ahora mismo la gente todavía no nos tiene posicionados. Sería una forma de proyectar una imagen a la sociedad leonesa y de toda Castilla y León de que somos un centro público donde ofrecemos esa infraestructura y servicios en supercomputación.
Llegó usted hace unos meses al cargo, ¿qué cree que puede aportar su experiencia previa?
Soy ingeniera industrial, catedrática de Ingeniería Mecánica y tengo una trayectoria en la Universidad de 32 años. En la Universidad de León he dirigido el Departamento de Ingeniería Mecánica, Informática y aeroespacial durante ocho años y he formado y liderado un grupo de investigadores y estudiantes predoctorales, por lo que creo que cuento con la experiencia para dirigir infraestructuras y personas. En Scayle siempre hablamos de las máquinas, pero lo más importante son las personas que hay detrás y sin ellos no estaríamos aquí.
En una de sus primeras intervenciones públicas abogó por colocar Scayle como referente tecnológico, ¿de qué forma se logrará?
La situación actual nos ha colocado en una posición increíblemente buena porque es el momento para la adopción de nuevas tecnologías por parte de empresas, centros de investigación y administraciones públicas y nosotros estamos ahí para dar soporte, mientras que tenemos la gran suerte de estar en León, como Incibe, lo que nos va a permitir seguir consolidando nuestra relación. Además, la Unión Europea está trabajando tratando de regular el consumo energético de las tecnologías digitales y de poner una regulación a la supercomputación, pero tenemos la suerte de que vamos a construir un nuevo edificio que será la base para que nuestro centro sea referente en consumo energético y en eficiencia energética.
¿Qué más retos se plantea para Scayle?
Ahora el mayor porcentaje de nuestros usuarios son investigadores, pero nos está costando llegar a la pequeña y mediana empresa y a las startups y nos gustaría incrementar ese tipo de usuario para dar un soporte para el que seríamos de gran ayuda por las infraestructuras y por el personal técnico. Otros retos son incrementar la capacidad de cálculo, aumentar el equipo profesional con el que contamos y seguir siendo punta de lanza en nuevas tecnologías, algo que no es fácil debido al ritmo al que avanzan.

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