Encontrada una seta de un kilo, trescientos cincuenta gramos en Robledo de Fenar

En la montaña leonesa, el otoño se viste de gala con una variedad de colores ocres, amarillos, marrones y rojos. Los bosques se llenan de vida, y entre sus hojas y raíces, esconden un tesoro: las setas y hongos. Si deseas adentrarte en este mundo micológico, aquí tienes información sobre algunas de las variedades que puedes encontrar en León:

1.      Boletus: Esta variedad es una de las más comunes en los bosques de León. Sus diferentes especies, como el Boletus edulis, Boletus pinícola, Boletus luteus y Boletus bovini, pueden recolectarse prácticamente durante todo el año, aunque son más abundantes en otoño. El Boletus aereus es especialmente apreciado y se encuentra desde mayo hasta diciembre, principalmente en robledales, aunque también en alcornocales y castaños.

2.      Níscalos: También conocidos como revollones, rovellones o esnegorri, los níscalos (Lactarius deliciosus) son aún más comunes que los boletus. Se encuentran en cualquier bosque de coníferas de la provincia de León, especialmente en pinares, así como en bosques de tejos o abetos. Son ideales para principiantes debido a sus características fácilmente identificables.

3.      Seta de cardo: La seta de cardo (Pleurotus eringii) no se encuentra en bosques ni prados, sino en bordes de caminos o barbechos. Puedes localizarla fácilmente al norte de Sahagún, en las tierras del río Cea. Su carne es blanca, compacta y de sabor dulce, siendo muy apreciada en gastronomía. La recolección se extiende frecuentemente hasta el invierno.

Recuerda siempre tener precaución al recolectar setas, ya que algunas son venenosas. Siempre consulta una guía o experto para identificar las especies comestibles y cómo recolectarlas adecuadamente.

Las lluvias persistentes de las últimas semanas en combinación con días de luz han favorecido el crecimiento de las setas silvestres en todo el territorio hasta alcanzar ejemplares tan notorios como el encontrado en Robledo de Fenar que sobrepasa el kilo de peso. La situación climatológica en esta época del año favorece la proliferación de estos preciados manjares que crecen en los bosques y montañas de está floreciente y prolífera zona micológica de la provincia leonesa.