ACERAS EN MAL ESTADO

Aunque no sea la de una pequeña localidad como la de esta acogedora villa de Boñar una vida de urgencias en la que los peatones transiten con celeridad por las aceras, bien está que el estado de las mismas no ofrezca posibilidades de tropezar por su mal estado. 
Con esta nota quiero señalar el accidente sufrido por un transeúnte de avanzada edad, cuando acudía a la oficina de Correos para solicitar el voto por correo y tropezó con las baldosas levantadas y no reparadas que se encuentran a pocos metros del edificio del Ayuntamiento, en donde está ubicada la oficina postal, justo al lado de un viejo edificio desocupado y una casa en venta. 
Sólo la suerte y buena caída del peatón evitaron que este ciudadano sufriera algo más que unos golpes en la nariz y en el pecho, de los que fue atendido con encomiable diligencia en el centro de salud. Con peor fortuna, este accidente bien podría haber revestido mayor gravedad  y estaría en su derecho el transeúnte de reclamar al Ayuntamiento daños y perjuicios. 
A fin de que percances como este no se repitan, sería obligación de la corporación municipal reparar a la mayor brevedad ese trozo de acera en evitación de que tropezones futuros pudieran tener peores consecuencias.