En sus 40 años de profesión había colaborado en diferentes medios de comunicación de la comunidad, donde analizaba cada día la actualidad a través de sus irónicas viñetas.

Lolo nunca perdió de vista su Fabero, tierra de minas donde se crio y a la que volvió como vecino de acogida. Siempre decía que no se sentía bien en otro lugar que no fueran las montañas de León.

De negro, con pelo largo y gafas oscuras, tímido, y explicaba que no era “un triste”; todo lo contrario, era un soñador y un irremediable optimista. Era un gran defensor de lo leonés, de ahí que militara unos años en la UPL.

Profesional del humor. La libertad, en la vida y en la creación, fue siempre su bandera.

A lo largo de su carrera fue galardonado con varios premios y ha publicado diversos libros, como Aldefonsus Imperator, cómic que narra la vida de Alfonso VII. Prestó su talento y sus dibujos a todas aquellas causas que él consideraba justas. También participó en el mundo radiofónico en diferentes tertulias