La Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo premia 55 propuestas y cierra su XVII edición en Ponferrada

La organización ha elegido Ponferrada para clausurar esta edición con la intención de situar el foco en una ciudad media que pueda servir como ejemplo de esos territorios conectados más allá de las grandes capitales. La Térmica Cultural, antiguo complejo industrial reconvertido en espacio cultural contemporáneo, se presenta como un escenario que encarna la idea de transformación y reutilización de infraestructuras sobre la que pivota buena parte del discurso de la bienal.

El arquitecto berciano Miguel Ramón, uno de los comisarios, destacó que la elección de este espacio responde a una apuesta deliberada por trasladar la bienal a otros contextos urbanos. A su juicio, el edificio resume muchos de los valores de la convocatoria, al representar una reconversión de usos desde un pasado energético hacia un enfoque cultural y ciudadano.

La bienal reconoce obras y proyectos desarrollados en los dos últimos años en cuatro grandes ámbitos: obras construidas, proyectos de divulgación, publicaciones e investigaciones, y proyectos fin de carrera. En esta edición se han presentado más de 600 propuestas, de las que 110 llegaron a la fase final y 55 han sido finalmente distinguidas.

En la categoría de "Obras" se han seleccionado 20 proyectos. Entre ellos figuran la estabilización de las cuevas antrópicas urbanas de Tomelloso (Ciudad Real), que recupera técnicas tradicionales con soluciones de bajo impacto; la torre de bomberos de Vall d’Hebron, en Barcelona, que reordena un entorno fragmentado; la mejora del borde de la playa de Porto do Son, en A Coruña, mediante la renaturalización del acceso; o la rehabilitación del piso Can Gabriel, en el casco antiguo de Palma, que actualiza una vivienda de los años sesenta.

El apartado de "Divulgación y publicaciones" reúne 15 trabajos premiados. Entre ellos se encuentran los Ensayos Críticos del departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, el proyecto expositivo "Computational Compost", que analiza el impacto ambiental del almacenamiento digital, o una investigación sobre el futuro de Madrid que estudia la transformación demográfica, económica y ecológica de la ciudad de aquí a 2050.

La categoría de "Proyectos fin de carrera" se completa con otros 20 reconocimientos. Entre los trabajos distinguidos figuran "Un jardín. La resolución del límite ciudad-montaña en Malgrat de Mar", que plantea una nueva relación entre tejido urbano y paisaje; "Retiro", centrado en la recuperación de la cantera abandonada de Palazuelo de Cuevas; o "In Memoriam", que explora la convivencia de la población con los cementerios en Iloilo (Filipinas) en un contexto de escasez de suelo y pobreza.

La exposición abierta en La Térmica Cultural hasta marzo pretende articular, en palabras de los comisarios, una "constelación" de proyectos e investigaciones que plantean preguntas y posibles respuestas ante los desafíos actuales. Ander Bados subrayó el carácter transversal de la bienal y la necesidad de acercar la arquitectura a la ciudadanía mediante procesos más participativos.

La directora del área de Museo de la Fundación Ciudad de la Energía, Concepción Fernández, valoró que la final de la bienal se celebre en Ponferrada y en este espacio concreto, al entender que la salida de los circuitos habituales de grandes ciudades contribuye a reforzar los derechos culturales y a extender el alcance del debate arquitectónico a nuevos territorios.