CCOO-CyL lanza un “manual” para advertir a la clase trabajadora de la “amenaza real” de votar a la “extrema derecha”

CCOO Castilla y León lanza desde hoy, a sus afiliados y en redes sociales, una campaña o “manual” en el que advierte a la clase trabajadora de “la amenaza real” y el “riesgo” para los derechos sociales y laborales de votar a la extrema derecha, y solicita a la Junta, entre las conclusiones, que garantice por ley que los gobernantes no pueden insultar ni mentir a quienes gobierno.
En un vídeo de 19 minutos, el sindicato desgrana las actuaciones realizadas para defender los derechos de los trabajadores ante “el ataque de la extrema derecha” en sus dos años y medio en la Junta de Castilla y León, cuando ayer se se cumplieron tres años de las elecciones autonómicas que llevaron al primer Ejecutivo e coalición en España entre PP-Vox.
Durante la presentación, el secretario general de CCOO Castilla y León, Vicente Andrés, cerró con la conclusión y petición al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, de que “no se puede gobernar a cualquier precio”, y con la propuesta de aprobar una ley en la que el insulto y la mentira a los ciudadanos por parte de los gobernantes no se puede permitir, ya que consideró que el actual Código Ético no funciona a tenor de los insultos que recibieron del exconsejero Mariano Veganzones sin que fueran reprobados.
Tanto en el video como en palabras de Vicente Andrés se expresa que el sindicato carecía de un “manual” ante los ataques, en especial de quien fuera consejero de Industria, Comercio y Empleo, al Diálogo Social y a los derechos en general de los trabajadores, lo que les llevó en esos años a actuar con movilizaciones en la calle, denuncias en las instituciones españolas, europeas y mundiales (OIT) y en los tribunales.
“¿Cómo es posible que una trabajadora o un trabajador pueda votar a la extrema derecha?”, se pregunta en el video cuando desde el Gobierno arremete contra sus derechos, niega la violencia de género y la igualdad, si bien el líder autonómico de CCOO argumentó que se trata de una advertencia, desde el respeto al voto de cada uno, pero sin olvidar a lo que pueden llevar esas políticas de “deterioro” para la clase trabajadora.