La Güeste de Riaño, una tradición para helar la sangre

Su objeto no era otro que infundir el miedo de los parroquianos lanzando un mensaje de reproche a los vivos por sus pecados. De paso, también para anunciar la muerte o asustar a propios y extraños mediante una supuesta pena impuesta desde el más allá, y así mantener en el redil a los asustados católicos. 

La Güeste proviene del concepto con el que se denominaba al ejército antiguo, cuyo origen se remonta a los pueblos nórdicos, como una hueste o ejército de guerreros muertos, al servicio de Thor u Odín. Otros lo vinculan al día del Samhaim, de los pueblos celtas, cuando los muertos volvían al mundo de los vivos por unas horas. 

Esta creencia pagana, con el cristianismo pasó a convertirse en lo que conocemos como procesión de almas en pena. Almas atrapadas en el purgatorio que solo con misas y oraciones lograrán salir de él. 

Al paso de la Güeste debes protegerte para que no te arrebaten el alma, marcando un círculo en el suelo con sal, tiza o una rama de tejo y metiéndote en él. Quién esté vivo se permitirá la entrada al templo, por el contrario, el ánima tiene prohibido el ingreso. 

La Güeste de Riaño, es un momento especial para vivir en Todos los Santos.