La Junta asume que avanzaría "más rápido" sin alegaciones al proyecto de la red de calor de León

El portavoz de la Junta y consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, aseguró que hoy que la tramitación del proyecto de la red de calor de León “sería algo más rápido” si no hubiera habido alegaciones y recursos como recordó se ha producido en otras ciudades de la Comunidad donde se ha llevado a cabo este tipo de obras. 
“Nosotros respetamos cualquier opinión en relación a este asunto”, insistió Fernández Carriedo en la comparecencia posterior al Consejo de Gobierno sobre un proyecto que insistió se financia en un 70 por ciento a través de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en el apartado previsto para la transición justa, y en un 30 por ciento con recursos propios de la Junta de Castilla y León. 
Una vez publicada este jueves en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) la concesión de la autorización ambiental, si bien su fecha de resolución es de agosto, Fernández Carriedo insistió en que la Junta analizará y estudiará las alegaciones y recursos previstos ante las críticas que ha despertado el proyecto entre algunos ciudadanos. Insistió en que se cumplirán todos los procedimientos aunque eso suponga tener que dedicar un tiempo a ello.
Igualmente, el consejero portavoz insistió en defender los beneficios de la red de calor que señaló ayuda a generar empleo en una zona afectada por la crisis de la minería, ya que señaló la extracción de biomasa es un factor de empleo, al tiempo que ayuda a mantener limpios los montes. Además, apuntó que ayuda a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, ya que insistió en que este tipo de generación es un proceso “neutro”, a diferencia de lo que ocurre con los combustibles fósiles. 
Finalmente, el consejero insistió en que la red de calor ofrece un suministro estable, sin dependencia del exterior, como ocurre con otras fuentes de energía, tras la guerra de Rusia en Ucrania, así como una reducción de costes, puesto que se evita la importancia de productos energéticos, lo que además no pone en riesgo el superávit comercial de Castilla y León.