CCOO y UGT exigen una Pacto de Estado en la lucha contra incendios y que la dignificación laboral de los bomberos se sitúe en el centro de la agenda política

Los sindicatos también reclaman un servicio público y de gestión directa.

CyL24 de septiembre de 2025RMLRML
PROTESTA DE BOMBEROS FORESTALES
PROTESTA DE BOMBEROS FORESTALES

CCOO y UGT exigieron hoy en Valladolid un Pacto de Estado en la lucha contra contra los incendios forestales por ser una necesidad “urgente e inaplazable”, y expusieron que la prevención, la protección del medio ambiente y la dignificación de los trabajadores deben situarse en el centro de la agenda política.
“Si queremos minimizar los daños causados por los incendios forestales debemos recuperar el tiempo perdido por las malas e ineficientes políticas de prevención de incendios que muchos de nuestros políticos han llevado a cabo”, expresaron durante una manifestación que tuvo lugar a las puertas de la Delegación del Gobierno en Castilla y León.
Las centrales sindicales que aprovecharon esta concentración para hacer público un manifiesto en el que evidenciaron la “precariedad” en la lucha contra los incendios forestales, exigieron un servicio público y de gestión directa para la prevención y extinción de incendios forestales, con recursos humanos y materiales suficientes. “Los incendios forestales son una de las mayores catástrofes socioambientales de nuestro tiempo. Cada verano se repite la tragedia: vidas humanas perdidas, pueblos evacuados, familias que se quedan sin nada, ecosistemas destruidos y miles de hectáreas arrasadas”, denunciaron.
Asimismo, consideraron que lo que algunos presentan como “desastres inevitables” son, en realidad, la consecuencia de años de abandono del medio rural, recortes en los servicios públicos, falta de inversión eficiente y ausencia de planificación frente al cambio climático.
“CCOO y UGT defendemos que la prevención y la extinción de los incendios forestales no pueden dejarse en manos de la precariedad ni de la improvisación. Los incendios forestales no solo se apagan en verano: la lucha se libra durante todo el año y exige voluntad política, recursos suficientes y dignificación de quienes arriesgan su vida en primera línea”, expusieron.
Además, recordaron la “precariedad laboral” de los colectivos de bomberos y agentes forestales y medioambientales con platillas desorganizadas, sin un reconocimiento profesional, con una temporalidad de hasta un 60 por ciento en algunos territorios como Castilla y León.
“Las plantillas no están dimensionadas, sin formación continua, sin estabilidad y con sueldos muy precarios”, aseguraron para denunciar también el desmantelamiento de los servicios públicos y la pérdida de más de 4.000 plazas de agentes forestales y medioambientales en las últimas décadas, con una manifiesta intención de muchas comunidades de limitar sus funciones y competencias y la falta de medios materiales: bases, vehículos, equipos e infraestructuras obsoletas sirva de ejemplo el sistema de comunicaciones de Castilla y León.
Del mismo modo, consideraron que no existe una estrategia común  que coordine la acción de las comunidades autónomas y el Estado frente a un problema que afecta a todo el país para evitar la desconexión entre los distintos operativos que intervienen, consiguiendo de este modo minimizar los riesgos de que los incendios penetren en zonas urbanas.
Por último, denunciaron el abandono del medio rural, que aumenta la vulnerabilidad de nuestros territorios y priva de oportunidades a miles de familias.
Entre sus demandas también están el refuerzo y dignificación de los colectivos de bomberos forestales y agentes forestales y medioambientales, con la garantía de dar estabilidad para los primeros, OEPs dignas y reconocimiento de su trabajo a los segundos, salarios justos acorde a los riesgos y responsabilidades que asumen, formación continua e integración efectiva en los protocolos de emergencias 112.
“Pedimos una Estrategia Nacional contra Incendios forestales, con cooperación real entre administraciones y participación activa de los agentes sociales y una prevención estructural bajo la figura de los Planes técnicos de prevención, los cuales deben ser diseñados y planificados para ser desarrollados a lo largo de todo el año, incorporando materias claves como la reducción de la carga de combustible mediante su gestión y el fomento del uso de biomasa, realización de fajas periurbanas de seguridad o la recuperación de los paisajes tipo mosaico”.
También plantearon la reactivación del medio rural; la inversión inmediata en medios e infraestructuras; una formación adaptada a los incendios forestales cada vez más virulentos, más rápidos, imprevisibles y destructivos.
“Hacemos un llamamiento al conjunto de la sociedad, a las instituciones y a los responsables políticos: no podemos seguir aceptando que cada verano se repita la tragedia. No podemos permitir ni tolerar las emergencias. Lo público salva vidas, protege el territorio y garantiza la seguridad de todos”, dijo para asegurar que el futuro de los montes, pueblos y de las generaciones venideras depende de la actuación de hoy.
“¡Los incendios forestales no solo se apagan en verano, se previenen todo el año! Por un dispositivo ¡Público! ¡Profesional! ¡Dimensionado! ¡Y bien remunerado!”.

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