Miles de personas reviven en Hospital de Órbigo la hazaña de Suero de Quiñones hace 591 años para honrar a su amada

La fábrica de derivados lácteos Mondélez ejerce de mantenedora de las Justas del Passo Honroso.

Provincia08 de junio de 2025RMLRML
JUSTAS MEDIEVALES DEL PASSO HONROSO EN HOSPITAL DE ORBIGO
JUSTAS MEDIEVALES DEL PASSO HONROSO EN HOSPITAL DE ORBIGO

La localidad leonesa Hospital de Órbigo regresó un año más al siglo XV para celebrar las Justas del Passo Honroso con las que se recuerda la batalla del caballero leonés Don Suero de Quiñones y sus nueve acompañantes en 1434 para honrar su amada, Leonor de Tovar, en una cita declarada de Interés Turístico Regional.
La celebración volvió a llenar las calles de Hospital de Órbigo en una celebración en la que la fábrica de derivados lácteos Mondelez, presente en la localidad desde hace 60 años, fue nombrada ‘Mantenedora de las Justas’ como muestra de agradecimiento a uno de sus ‘vecinos’ más queridos, que el año pasado celebró los 50 años de la producción del queso Philadelfia.
Las Justas Medievales del Passo Honroso, declaradas de Interés Turístico Regional en 1998, atrajeron un año más hasta el Órbigo a miles de turistas, así como a caballeros y damas medievales que participaron en las diferentes actividades propuestas, como el mercado, el campamento o las diferentes exhibiciones teatrales y musicales, que sirvieron para ambientar la recreación histórica del hito de Don Suero de Quiñones.
Las celebraciones llegaron a su punto álgido en la tarde de este domingo, cuando las inmediaciones del puente de Hospital de Órbigo acogieron el torneo entre caballeros medievales. Hasta el palenque llegó el cortejo encabezado por el rey Juan II de Castilla y la reina Isabel II de Portugal, junto a las damas y los caballeros. Allí, al igual que ocurrió en 1434, Don Suero de Quiñones revivió la hazaña de romper 300 lanzas contra todos los que quisieran cruzar el paso.
Don Suero, que llevaba al cuello una argolla y había hecho voto de ayuno los jueves en señal de amor por su dama, había pedido al rey Juan II en Medina del Campo (Valladolid) establecerse como mantenedor del paso del Órbigo y retar a todo aquel que quisiera cruzar para librarse de su esclavitud. Finalmente, se proclamó ganador, aunque sin alcanzar las 300 lanzas, y el caballero obtuvo el amor de Leonor de Trovar en el que desde entonces se convirtió en el Passo Honroso.

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