El director general de la HVL sostiene que el accidente minero de León fue "inevitable e impredecible"

Calvo, que ha declarado ante la titular del Juzgado de lo Penal número 2 de León en calidad de acusado, ha asegurado que, además, esa es la conclusión también del informe del perito judicial y que "la única manera" de evitar el accidente hubiera sido "cerrar la mina", aunque ha defendido que, a pesar de que se trataba de una mina de nivel 3, "muy grisuosa", la seguridad venía avalada por la autoridad minera.

"La autoridad minera no dijo que hubiera riesgos de seguridad ni que hubiera que hacer cambio de categoría de la mina", ha señalado el director general de la compañía a preguntas del fiscal, a la vez que se ha reafirmado en que la Disposición Interna de Seguridad (DIS) "se respetó" y "se cumplía", algo que "dijeron todos los órganos de control". "Nadie advirtió de que había algo que no se estaba cumpliendo. Esa DIS se cumplía", a aseverado.

Además, preguntado sobre los sistemas de ventilación, ha explicado que el proyecto tipo de explotación para el Pozo Emilio, elaborado en el año 1999, también fue aprobado por la autoridad minera, que incluso visitó las instalaciones, para certificar que "todo estaba correctamente hecho y aprobado". Con unos niveles de metano en el pozo de entre el 1,5 y el 2 por ciento, "no estaba ocurriendo nada extraño o fuera de lo normal", ha puntualizado el acusado.

SIN "ADVERTENCIAS"
Calvo también ha hecho alusión a las actas del Departamento de Seguridad de la Hullera Vasco Leonesa, que formaban los directivos y representantes de los trabajadores, y donde se elabora el Plan de Prevención, que no recoge "en absoluto" ninguna "advertencia de fallos de seguridad", a la vez que ha asegurado que en los años precedentes al accidente mortal la siniestralidad había "evolucionado favorablemente" en esta explotación minera.

Del mismo modo, ha indicado que los trabajadores cuentan con autorespiradores que, ante una fuga de gas, permite "respirar en actividad" durante treinta minutos "en atmósfera no respirable" y hasta cien minutos "sentado" para, por ejemplo, "esperar un rescate", además de poseer también metanómetros para la medición de gases.

PROYECTO TIPO
Por otro lado, José Solís, que ejercía en el momento del accidente de director facultativo de la mina, ha insistido también en que las labores que se estaban realizando en la explotación "se ajustaban" al proyecto tipo que estaba "aprobado". "Lo pone en el documento que la autoridad minera emite después del accidente", ha señalado.

Por eso, ha asegurado que, sin que hubiera ninguna "objeción", le resulta "chocante" que se pueda entrever algún tipo de fallo en la seguridad, aunque también ha reconocido que desde el año 2009 se había estrechado la vigilancia, si bien la autoridad minera continuaba diciendo que "estaba todo correcto" y que no se habían detectado previamente incrementos destacados en los niveles de grisú en la mina.

Durante su declaración, Solís, ingeniero jefe de interior del Pozo Emilio del Valle, ha ahondado desde un punto de vista técnico en las características de la explotación minera y en el desarrollo habitual de los trabajos de extracción de carbón junto con todas las medidas de seguridad, en una comparecencia en la que ha aceptado responder las preguntas de todas las partes, donde ha rechazado, a preguntas de la acusación, que hubiera temor entre los trabajadores a un accidente como el que ocurrió.